Sanar el vínculo materno

 

Ilustración: Minerva Polanco

Nuestra madre es el canal que hemos escogido para vivir nuestra experiencia física y desde esta amplia perspectiva ninguna madre es mala y todas son buenas por el simple hecho de que nos dieron la oportunidad de vivir esta vida. Por supuesto que nuestra percepción y juicios harán que en muchas ocasiones le otorguemos un valor a la persona o a la relación.

A veces las madres no dan cosas buenas y lo más sano es  apartarla de tu vida, porque es violenta o atenta contra tu integridad física o emocional, pero recuerda que jamás podrás sacarla de tu sistema energético aunque lo desees con todas tus fuerzas, por eso es muy importante aceptar y sanar nuestro vínculos con nuestra madre.

“Nuestras células se dividieron y desarrollaron al ritmo de los latidos de su corazón; nuestra piel, nuestro pelo, corazón, pulmones y huesos fueron alimentados por su sangre, sangre que estaba llena de las sustancias neuroquímicas formadas como respuesta a sus pensamientos, creencias y emociones. Si sentía miedo, ansiedad, nerviosismo, o se sentía muy desgraciada por el embarazo, nuestro cuerpo se enteró de eso; si se sentía segura, feliz y satisfecha, también lo notamos” (Christiane Northrup)

Sanar tu relación con tu madre es vivir plenamente, tomar a la madre es tomar a la vida sin juicios y sin tapujos, es un Sí a la vida, es un Sí al cuidado, a la nutrición, a la ternura, a la amabilidad; es un Sí hacia un amor más grande, es abrirse al amor por una misma/o.

Sanar el vínculo con la madre requiero un gran trabajo interno que depende de tu decisión y libre albedrío, es un trabajo que requiere tiempo, paciencia, amor, humildad y disposición. Si estás interesada en terminar de sanar, o iniciar, estos tips y la Carta del final, seguro te ayudarán a limpiar este importante vínculo de cualquier emoción negativa.  Y puedes tener la certeza de que hacerlo, te permitirá vivir un vida más plena y feliz.

Pasos para crecer como persona a partir de la herencia materna

  1. Descubre cuánto de ti, pertenece a tu madre. Observa e identifica las creencias, valores y pautas mentales que repites de tu madre.
  2. Valora si estos conceptos te ayudan. Es probable que algunas de esas ideas te reafirmen, es decir ante un problema, puedes repetirte una frase que tu madre te dijo mil veces, como por ejemplo: “no te preocupes, después de la tormenta siempre sale el sol”. En esos casos, esas frases te ayudarán a enfrentar las dificultades. Sin embargo, si esas ideas te conducen a menospreciarte, te limitan o te desmotivan, es hora de que asumas que no son tuyas: identifícales, deconstrúyelas y/o sustitúyelas.
  3. Sana las heridas emocionales. es importante que detectes esas partes de la relación con tu madre que no aceptas y que requieren un proceso de curación. Arrastrar esos problemas, fingiendo que no existen, no te permitirá crecer. Afronta los conflictos, perdona y pasa página. Si necesitas ayuda profesional no dudes en buscarla.
  4. Elige quedarte con lo positivo. Todas las relaciones atraviesan por periodos difíciles, siempre hay discusiones y desencuentros. Céntrate en todas las cosas positivas de su vínculo y si ya decidiste que tu relación con tu madre te aporta más de lo que te quita y la quieres en tu vida ¡Céntrate en lo positivo!

Si estás lista a dar un paso más allá, dejo esta carta que puedes escribirle a tu madre, una vez que estés lista/o.

Hazlo en un solo paso, sin parar y antes de empezar asegúrate de tener apagado el celular y que nada te distraerá. Puedes prender una vela y encomendarte al arcángel Chamuel y a los ángeles del Amor, para que acompañen tu proceso y/o al Arcángel Zadquiel y los ángeles del Perdón y la Trasmutación para que ayuden a trasmutar cualquier energía negativa que aún pudieras tener.

Al finalizar puedes entregársela a tu madre o puedes quemarla y colocar sus cenizas en un bol con agua que deberás tirar en el drenaje o en el escusado pidiéndole a la Madre tierra acepte esa energía que se ha trasmutado en amor y libertad.

Carta para sanar con mamá

Madre:

Necesito sanar contigo para poder vivir mi propia vida en armonía. Tú eres el canal que elegí para vivir esta experiencia física. Te escogí porque eras perfecta para mí. Gracias mamá, lo hiciste estupendo.

Mi niña herida ha estado muy resentida contigo durante todos estos años. Te cerré mi corazón desde hace mucho y eso me ha mantenido atada al dolor, a un dolor que ya no quiero en mi corazón. No soy tu víctima porque sé que hiciste lo mejor que podías con lo que tenías y sabías. Ahora estoy libre para crecer, evolucionar y reconciliarme contigo.

Reconozco a la niña herida que hay en mí y aprendo a darle todo el amor y aceptación que no recibió de la forma que ella esperaba. Me alejé de ti creyendo que con eso iba a evitar el dolor, pero el dolor de no sentirme amada tal y como soy, de no sentirme suficiente; me ha hecho ir por el mundo buscando un amor y aprobación que nadie podrá nunca darme y ello me ha hecho sufrir mucho.

He vivido demandando amor constantemente a través de “ser buena”, “ponerme hasta el final”, “dar de más”, buscar aprobación, permitir abusos, querer permanecer, lograr reconocimiento profesional, sufrir por lo que los demás digan o piensen de mi , etcétera. Hoy estoy decidida a consolar y sanar a mi niña herida.

Y para eso, necesito reconectarme contigo porque a través de ti es que me reconecto con la vida y con toda mi fuerza interior. Pido al gran espíritu poder ver a la mujer que eres sin juzgarte, poder ver todas tus decisiones sin calificarlas y poder aceptarte tal y como eres sin que me duela.

En la medida que te acepto, me reconcilio conmigo misma, porque tú eres la semilla de donde parto y la que me permite desplegar todo mi potencial. Mamá tu y yo somos una, mamá tu y yo somos una, Mamá tu y yo somos una. Yo no soy más grande que tú, no debo sentenciarte. Tú eres el mar y yo el río que nace de ti. La vida y la madre son más grandes que una y ante ello sólo queda aceptar y rendirse con la mejor disposición. Y así lo hago ahora.

Esto es un trabajo interno en el cual cada día te acepto en mi corazón con todos tus defectos y virtudes. Sin expectativas. Sin esperar que tú cambies, ni que lo veas, ni me lo reconozcas. Lo hago por mí y por toda mi descendencia. Hoy soy consciente de que al restaurar mi relación contigo, siendo tú mi fuente primigenia de amor, podré sanar todos los demás vínculos que existen en mi vida, comenzando por el que tengo conmigo.

Te honro y te respeto tal y como eres. Gracias por darme la vida. Honro tu vida tal y como ha sido. Honro mi vida tal y como es.

No me quedo atascada en resolver tus problemas, te dejo con tus propias lecciones porque sé que tú puedes con todas las circunstancias que has elegido en tu vida. Me libero de todas las cargas tuyas que no me corresponden y quedo liberada para enfocarme en mi vida, en mis proyectos, en mis anhelos. Veo más allá, mi niña interior empieza a calmarse, la sed insaciable de amor, cariño, reconocimiento, aprobación y atención ha cesado. Desarrollo mi amor propio y mi corazón se llena de júbilo.

Sano cuando dejo de querer cambiarte. Mi energía ya no está en eso, estoy enfocada en vivir mi vida. La vida que me pertenece.

Te prometo que voy a ser una persona feliz; que voy a amarme más que a nada en este mundo y voy a disfrutar mi vida al máximo. Que siempre voy a rodearme de personas que me amen, me respeten, me valoren y me den mi lugar. Creo en mí y soy consciente de lo hermosa, talentosa y maravillosa que soy. Voy a hacer mis sueños realidad desde mi más grande gozo, libertad , pasión y aprecio. Vivo en abundancia, conectada con mi guía interior, tomando las mejores decisiones para mí.

Tomo la Vida. Te honro y te bendigo madre. Tú eres la grande y soy la pequeña. Te pido permiso para hacerlo diferente. Estoy lista para cambiar la historia de todo nuestro linaje y descendencia.

Madre me siento feliz de ser quien soy, me amo con todo mi corazón y disfruto inmensamente estar viva.

Gracias por traerme a este mundo

Referencias:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.