Sin importar la edad que tengamos, un padre es muy importante en la vida de todas las mujeres.
Desde un punto de vista meramente psicológico, la energía del padre genera fuerza, confianza, manejo de límites, poder personal y es un punto clave, que determina la salud, el éxito y el propósito de vida.
Desde un punto de vista más amplio, holísticamente hablando, la energía de nuestro padre nos aporta el camino, la guía y la estructura. Representa la energía que nos creo y la energía que da impulso a nuestras propias creaciones.
Para las mujeres que tienen o han tenido experiencias paternas negativas, una reconciliación espiritual con la figura paterna trae mucha paz y una sensación de protección. Para eso es necesario liberarnos de las expectativas del padre o del daño que produjo en nosotras. Sanar, integrar y trascender la energía paterna, actúa como un factor estabilizante en nuestra vida. Nos permite empoderarnos y aportarnos eso que nos daría el padre y que por diferentes razones no lo hizo: estabilidad, seguridad, fuerza, respaldo y mucho amor.
Te comparto un pequeño ritual, con carta para sanar la relación con tu padre. Te ayudara a tansmutar en luz y amor todo lo discordante y negativo. Te escribo todo esto desde mi propia experiencia de sanación.
¿Cuándo sabemos que hemos logrado integrar la energía de papá? Cuando sientas tranquilidad en tu corazón, independientemente de quién fue él, lo que hizo o dejo de hacer.
Puedes hacer este ritual las veces que consideres necesario.
- Disponte a hacer este ejercicio sin que nada ni nadie te interrumpa
- Prende una vela (puede ser rosa/amor o violeta/trasmutación)
- Invoca a tus guías para que te protejan y llenen de amor en este ejercicio. Al Arcangel Chamuel y/o a la maestra Rowena
- Escribe esta carta de tu puño y letra en papel kraft o estraza, si no tienes, papel bond blanco estará bien. Utiliza lápiz de grafito.
- Una vez que hayas terminado de escribir la carta, quémala y lo que harás con las cenizas dependerá de si tu padre está vivo, de si ya falleció o no tienes relación con él.
– Si está vivo y tienes relación con él (aunque no sea muy buena): coloca las cenizas de tu carta en la tierra de una maceta, ponle una plantita y regálasela la próxima vez que le veas. Cuando entregues la maceta puedes decirle en voz alta o sólo pensar, las siguientes palabras:Te agradezco, te amo, te bendigo.
– Si ya falleció o no tienes relación con él, sopla al viento las cenizas de tu carta, mientras dices en voz alta: Te agradezco, te amo, te bendigo.
6. Agradece por lo que sentiste y trasmutaste con este ritual.
Carta
Yo________ (escribe tu nombre y apellidos completos) en este acto de puño y letra honro mi linaje masculino y te honro a ti, papá.
Gracias por el maravilloso regalo de la vida. Desde antes de nacer tú cocreaste con con la Fuente Divina un cordón de luz y amor de tu corazón a mi corazón, para unirte conmigo. Gracias, papá, y que Dios te bendiga.
Yo coloco luz y amor a toda memoria de dolor, memorias de miedos, memorias de tristeza, de enojo y su consecuente karma en nuestras vidas. Sé que me he convertido en quien hoy soy gracias a tus aportes, buenos y malos.
Todo lo que necesite corregir y mejorar es ya labor mía, asumo la responsabilidad de sanar. Me acepto y te acepto, y sé que haré lo mejor de lo mejor con mi vida. Aquí y ahora te respeto, te reconozco, te acepto y te amo incondicionalmente porque de ti he aprendido cómo protegerme, proveerme y cuidarme.
Gracias por tu energía, papá.
Yo soy responsable de lo que yo acepté e integré en mí como verdadero.
Papá, reconozco que has cumplido tu labor de la mejor manera posible de acuerdo con tus propios recursos y dando cumplimiento al contrato de alma que ambos acordamos.
Me libero y te libero de cualquier sufrimiento o memoria de dolor herencia de nuestros ancestros.
Papá, agradezco todas las lecciones de vida.
Padre, tu mirada me ha enseñado a ser mirada y reconocida por los hombres que amo y he amado. Padre mío, tu amor es el que me ha mostrado cómo merezco ser amada.
Yo asumo mi proceso y la responsabilidad de sanar con los otros hombres, de todo lo que haya quedado pendiente contigo. Y, si hubo algunas carencias, sé que fui yo quien te eligió así para, precisamente, aprender muchas lecciones de esa experiencia.
Papá, gracias por la confianza para mostrar mi fuerza.
Gracias. Gracias, Gracias