Mucho se ha hablado y escrito de la ansiedad desde la psiquiatría y la psicología y hoy, quiero abordarla desde un punto de vista más holístico.
Esta publicación no intenta suplir un tratamiento psiquiátrico ni la terapia psicológica, ambas súper necesarias cuando padecemos ansiedad, sobre todo si ya está diagnosticada. Lo que intenta es mostrarnos cómo hasta dentro de lo más obscuro, siempre hay una razón más grande y una oportunidad para ser y estar mejor.
Si padeces ansiedad, quiero que sepas que no estás sola o solo, que aunque creas que nadie te entiende y sólo te juzgan, hay algo más grande manifestándose en ti. Acude a ayuda médica profesional pero también conecta con tu esencia, recuerda que somos seres holísticos y para que nuestra mente y nuestro cuerpo estén bien, también debemos sanar, a la par, nuestro espíritu. La meditación y/o la respiración consciente ayudan mucho cuando se tiene ansiedad y aún más si los practicas todos los días y no sólo cuando tienes un ataque.
Te comparto esta carta que encontré en la web, una carta que bien podría escribirte tu ansiedad con el fin de que veas que la ansiedad, es un camino a la transformación.
Abrazos y mucha luz.
HOLA. Soy la ansiedad,
no te asustes… vengo en son de paz, por cierto ¿Por qué te asustas tanto ante
mi presencia? Digo, sé que sientes horrible cada vez que aparezco, que te
desesperas y quisieras mandarme a volar, sé que si pudieras… me matarías, sobre
todo porque crees que soy yo la que te quiere matar o hacer daño, pero créeme,
si no te he matado, no lo voy a hacer. No estoy aquí para hacerte daño, mucho
menos para volverte loco, creo que ya te lo he demostrado cada vez que llego a
tu cuerpo, hago un relajo y te asusto, pero al final del día… no te he matado,
no te has vuelto loca/o.
Si pudiera, lo haría, pero esa no es mi idea, soy la ansiedad. La verdad es que
aparezco y te hago sentir todo eso porque no había logrado encontrar otra
manera de hacerme escuchar por ti, estabas tan ocupada/o tratando de tener
éxito, ser productiva/o y demostrarle a las demás personas que eres digna/o de
ser amada/o… que no escuchabas mis pequeñas señales. ¿Recuerdas esa vez que te
dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio por más de 2 horas? ¿O qué
tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar? Bueno, pues todas esas
veces era yo tratando de que me
escucharas, pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida, seguiste con
tu misma manera de pensar… Entonces intenté algo más fuerte, hice que te
temblara el ojo, que se te taparan los oídos y que te sudaran las manos… pero
tampoco me quisiste escuchar. Aunque acá entre nos, los dos sabemos que sentías
mi presencia, es por eso que cuando te quedabas tranquilo… o era momento de
estar sólo contigo misma/o, en soledad… te empezabas a poner nerviosa/o, como
si algo te impidiera quedarte quieta/o. Te desesperabas, porque no “entendías”
con tu mente racional lo que estaba pasando, y claro, con tu mente racional no
me ibas a entender. Así es que por eso me he rendido y decidí escribirte.
Y te felicito si estás leyendo lo que te digo, porque significa que ya tienes el valor de escucharme, y créeme, nadie mejor que yo sabe de tu gran habilidad para evitarme y salir corriendo, huyendo de mí como huirías de un monstruo en el bosque oscuro. Como esas veces que me evitas y te distraes embobándote horas con la televisión, viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no enfrentar que la tuya no te gusta. O qué tal, de esas veces que con un par de tragos lograbas adormecer tus nervios e inquietud; y ni qué decir de esas otras substancias que más allá de adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar. Pero bueno, espero que ahora estés lista y listo para enfrentar tu realidad y escucharme por fin. Espero que estés lista y listo para enfrentar la verdad de tu vida y de ti misma/o tal y como es, sin máscaras, sin atajos… sin pretensiones. Así es que aquí te van las cosas como son.
Lo único que llevo
tratándote de decir todo este tiempo, es que… ya es tiempo de evolucionar, necesitas hacerlo, no hay de otra.
Necesitas crear cambios muy
profundos dentro de ti, pues por alguna razón, en realidad no estás disfrutando
de tu vida y no te sientes plena/o. Por eso yo estoy aquí, para ayudarte
a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y para lograrlo, tendrás que
deshacerte de lo que te impide contactarla. Estoy aquí para ayudarte a ver
precisamente qué te impide contactar con tu sentido de vida, con tu pasión por
vivir, con tu alegría y con tu verdadero ser que es tu esencia. Cada vez
que yo aparezca en tu vida, será porque por ti misma/o no te has dado cuenta
que no estás siendo pleno y feliz, así es que si vuelvo a aparecer, no te
asustes… mejor agradéceme que llegué y
escúchame. Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que
necesitas hacer en tu vida, los harás de inmediato, claro, eso si realmente
quieres sentirte bien de nuevo, todo depende de qué tanto quieras. Y sé
que sí quieres, pero a la vez sé que quieres seguir en tu zona de confort y en
tu comodidad por vivir con lo “conocido”, aunque eso conocido te haga daño.
Prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de las demás personas,
haciendo hasta lo imposible por llamar su atención; buscando seguridad en otras
personas menos en ti; prefieres que las y los demás sean responsables de tu
persona que tú misma/o, y claro, te entiendo, todas y todos quisiéramos
regresar a la panza de nuestra mamá y despreocuparnos de todo.
Perote tengo una noticia, necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando me escuches y yo vea que ya me hiciste caso, créeme que me iré. Solamente tú puedes hacer que me vaya. Y eso es algo muy importante que te quiero decir, en verdad me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios en tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuesta/o a crecer y recuperarte a ti misma/o. Mientras no lo hagas, aquí seguiré.
En conclusión, si hoy estoy aquí, es porque me necesitas. Necesitas de mí para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual déjame decirte que está un poco distorsionada. Necesitas deshacerte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan; necesitas perdonar todo ese enojo que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior. Y sobre todo, necesitas de mí para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mismo, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás.
Necesitas de mí para ponerle límites a las personas que te lastiman; para que te agarres de valor y aprendas a decir que “no”; para que dejes de mendigar amor con quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia de otras personas para ser feliz; para que de una vez por todas ¡Cuides tu cuerpo! ¿De qué otra manera le habrías puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente de muchas maneras, pero ésta está funcionando. Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu físico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al día y duerme las horas que necesitas
¿Por qué te explotas? ¿Por qué te exiges tanto? No entiendo porque lo haces… si lo tienes todo, lo eres todo, tienes toda la capacidad que necesitas para crear tu propia realidad, pero te tratas como tu propio esclavo, eres demasiado severa/o contigo misma/o… y estoy aquí para pedirte que simplemente dejes de hacerlo. Así es que ya sabes… si realmente quieres que me vaya, toma el timón de ti mismo, pregúntate qué has hecho que te ha sacado de tu equilibrio interior. Pregúntate realmente cómo quieres vivir y lucha por esa vida, es tu vida, y solamente tú puedes decidir sobre ella… si a las y los demás no les parece, es porque los estás retando y tarde o temprano te seguirán, y si no, tendrán otra oportunidad, dales chance.
El único control que
puedes tomar es el de ti misma/o, pero para recuperarlo, tendrás que aceptar
que lo has perdido, y que dejes que yo me exprese, que salga a decirte con
todos esos síntomas tan horribles que me inventé para decirte algo muy claro,
pero si me reprimes y te distraes cada vez que llego no podré hablarte y vendré
más fuerte. Así es que la próxima vez que me sientas llegar, haz un alto, cierra los ojos, déjate
sentir todo lo que te estoy diciendo, apaga
tu mente racional por un momento, déjate llevar y entiéndeme.
Después, empieza el cambio en tu vida
con acciones claras y específicas, y en menos de que te des cuenta, me iré.
Espero no tener que llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago recuerda
que no quiero lastimarte, quiero ayudarte a que recuperes tu propio camino de
evolución, el camino que si lo tomas, te hará mucho muy feliz.
Y ya para terminar, ojalá que puedas verme como lo que soy: tu esencia. Soy tú mismo gritándote con
desesperación que me escuches por favor. Así es que Hola, yo soy tú, hablándote
desde el fondo de tu corazón, desesperado tocándolo para que me pongas
atención, lo que sientes no es taquicardia, soy yo, tu esencia, que quiere salir
de ahí.
Con cariño, tu esencia disfrazada de ansiedad.
Fuente: https://www.desansiedad.com/